EN LA CÁTEDRA DE FISIOPATOLOGIA DE UDN

EN LA CÁTEDRA DE FISIOPATOLOGIA DE UDN
CON VIÍCTOR FROLOV, DECANO DE LA FACULTAD DE MEDICINA

viernes, 26 de julio de 2019

EN SIBERIA






EN SIBERIA

Edgardo Malaspina

1
Después de visitar Omsk, Bratsk e Irkutsk llegamos a nuestro campamento, situado en una explanada, cerca del río Vijorevka.  Asociaba a Siberia a un territorio inhóspito habitado por gente ruda.  Su solo nombre se traducía en mi mente en cárceles, decembristas, nevadas, gorriones que mueren de frío en pleno vuelo y en algo triste e inalcanzable, lejano.  Ahora Siberia para mí son muchas cosas buenas, un recuerdo grato como la taiga.
2
El campamento era amplio, limpio, con una entrada formada por dos miradores de madera a la manera de las fortalezas antiguas.  Desde esas torres se observaba el caserío, al cual íbamos los sábados por la tarde a los bailes que se daban en los salones de la casa de la cultura.  Regresábamos en la madrugada y con unos tragos demás.  Una vez para acortar camino atravesamos el Vijorevka.  El agua fría casi tapaba nuestras cabezas.  En otra ocasión,  un compañero me empujó al medio del río. Había llovido y el río estaba crecido, rápido y furioso. Fui arrastrado por un largo trayecto. Tragué mucha agua. Igor, un joven siberiano comprendió que me  estaba ahogando y me sacó.
3
El campamento lo inauguramos con una especie de obra teatral: debíamos entregar una ofrenda a las autoridades del pueblo para invocar las fuerzas del bien. Me correspondió entregar esa ofrenda que consistió en un lechón y cuyos chillidos me atormentaron mientras corría y lo sostenía entre mis brazos.
4
Dormíamos en carpas de lona.   Los días eran largos, el sol se ocultaba casi a las once de la noche; pero nos acostábamos temprano.  En la mañana, después del desayuno, partíamos a los diferentes puntos de trabajo, asignados a nuestra brigada estudiantil.
5


El trabajo era muy duro, pero  nos animaba el hecho de que estábamos contribuyendo con la construcción de la vía férrea transiberiana, una obra monumental. El año pasado para los juegos olímpicos también trabajamos en este sitio. Nuestra brigada se llama Globus.
6
A veces nos tocaba el turno de la noche y entonces sentía un raro goce espiritual cuando llegaba la madrugada, fría y silenciosa.  Tomábamos el té alrededor de la fogata, en un espacio abierto, acompañados siempre del rocío y a veces de una luna grande y brillante.  Fumábamos papirosa, un cigarrillo con boquilla, o cigarros hechos por nosotros mismos con majorka, un tabaco barato muy popular en la guerra. El tabaco se envolvía en cualquier papel, el cual por lo general era de periódico. El sabor y el olor de esos cigarrillos caseros eran horribles, sin embargo nos servían para hablar, callar y meditar.
7
Una vez a la semana íbamos al baño ruso, una construcción de madera con vapor proveniente de piedras calientes al lanzarles agua.  Sacudes el cuerpo con ramas aromáticas de abedul bajo una temperatura bastante alta, cuando el calor se hace insoportable te echas un balde de agua fría, te estremeces y sientes un alivio.  Se remata con un trago de vodka o con una cerveza fría.
8
  En un pequeño barco navegamos por el río Angará, hacia el lago Baikal.  Cielo claro, viento cálido, aguas quietas.  Cerros azulados, peñascos negros, árboles inclinados hacia el río.  Estamos entrando al Baikal, dicen.  Son aguas cristalinas, en calma, para contemplarlas y sorprenderse, para tratar de buscar el fondo y ver el movimiento de los peces.

 En la orilla compré unos suvenires de piel de reno.  Nuestros antepasados contaban sólo con los renos para trasladarse en  troikas, ahora tenemos las vías férreas del Baikal – Amur, dice el vendedor con orgullo.
9
La taiga en verano es sombría, silenciosa y acogedora.  Los domingos, muy de mañana, nos adentrábamos por sus caminitos para recoger hongos, entre pinos, abedules, abetos, cedros y arces.  Rociábamos el cuerpo con una colonia barata, “gvozdika”, para evitar las picaduras de los zancudos.  Nos enseñaron a diferenciar los hongos comestibles de las pogankas, hongos venenosos.  Yo consultaba con un libro, pero siempre los venenosos se colaban. Una vez, después de recoger hongos, el cocinero gritó: ¡Alguien nos quiere envenenar! Preferí guardar silencio prudentemente porque mostraba mi cesta.
 La cena con hongos era una delicia dominical.  Se terminaba bebiendo Kvas de pan blanco, frío y muy ácido.  En la taiga, además de hongos, recogíamos azucenas y cortezas de abedules para hacer pergaminos en los ratos de ocio.
10
 En julio tuvimos la oportunidad de observar y sentir un eclipse de sol. Como siempre comenzamos a trabajar  muy de mañana. De pronto se hizo de noche, el tiempo se puso frío, el viento rugió y arrastró todas las hojas que encontró a su paso. Dejamos de trabajar para contemplar el cielo estrellado.
11
Cuando estás en la taiga – dice alguien – piensas y sientes que debes ser solidario con el prójimo.  Así lo entendían los aventureros buscadores de oro y diamante.  Caminaban muchas verstas y luego descansaban en las estancias.  Allí encontraban abrigo, comida y agua.  Luego partían y dejaban una ración, y todo en orden, para el que venía detrás.  La taiga tiene misterios, la suerte, el peligro y el llamado a la solidaridad entre los hombres.

jueves, 25 de julio de 2019

EL DOCTOR ZHIVAGO: ASPECTOS FILOSÓFICOS, POLÍTICOS Y POÉTICOS.



EL DOCTOR ZHIVAGO: ASPECTOS FILOSÓFICOS, POLÍTICOS Y POÉTICOS.
Edgardo Malaspina
1
El Doctor Zhivago (1957), la novela de Boris Pasternak, puede ser vista como una historia de amor, de la política o de la guerra. Jrushov la vetó por antisoviética, pero más tarde ya fuera del poder y después de leerla, afirmo que sus asesores lo habían engañado.
Zhivago es médico y también poeta. Es médico para los demás y poeta para sí mismo. Su vida transcurre entre la Primera Guerra Mundial, la guerra civil rusa y la instauración del régimen bolchevique. Durante ese tiempo se casa, tiene una amante, su familia emigra, ejerce la medicina en la ciudad y en el campo de batalla, pierde a su amante, vive en la miseria,  escribe, consigue otra amante y finalmente muere de un infarto.
A continuación resaltamos algunos párrafos relacionados con la filosofía, el arte, la política, el amor y la poesía.
2
FILOSOFÍA
- No me gustan las obras exclusivamente de filosofía .A mi entender la filosofía debe ser un sobrio condimento del arte y de la vida. Ocuparse solamente de filosofía es tan extraño como alimentarse solamente de rábanos.
-¡Qué bello es el mundo! Pero ¿por qué esta siempre lleno de dolor? Dios existe, es cierto, pero si existe, soy yo.
- Zhivago enferma y en medio de delirios ve el espíritu de su propia muerte. Esa visión lo hace escribir con pasión y facilidad; por eso se pregunta: ¿Es posible recibir ayuda de la  muerte? ¿Acaso puede ser ayuda la muerte?
- El pensamiento elevado debe señalar el camino para mejorar el mundo; y debe ser tan claro para un niño como para un ignorante, con esa misma evidencia del relampagueo de un rayo o el retumbar del trueno que se aleja.
- Hay que tener conciencia de la igualdad que existe entre toda cosa viva.
-El gregarismo es el refugio de la mediocridad. Solamente los solitarios buscan la verdad y rompen con quien no la ame lo bastante.
-Vivir la vida no es cruzar un campo.
-El hombre que no es libre idealiza siempre su propia esclavitud.
-Vivir significa siempre avanzar, avanzar hacia arriba, hacia la perfección, y alcanzarla.
La habitación de Zhivago era al mismo tiempo un salón del espíritu, una caja de sueños y un depósito de revelaciones.
-Es fácil atribuir al reino al reino de las plantas un estrecho parentesco con el de la muerte. En esto, en el verde de la tierra, entre los árboles del cementerio, entre los retoños que apuntaban en los arriates, acaso estén concentrados los misterios de la transformación y los enigmas de la vida, sobre los cuales tanto nos atormentamos.
-…Se puede ser ateo, no saber si Dios existe no por qué, al mismo tiempo saber que el hombre no vive en la naturaleza , sino en la historia…Y la historia  es dar principio a trabajos seculares para para llegar poco a resolver el misterio de la muerte  y superarla en el porvenir.
3
El doctor Yuri Zhivago  es el prototipo del galeno abnegado, aferrado al credo hipocrático de que jamás debes provocar daño, y  siempre  dispuesto a ejercer su profesión en las condiciones más adversas.
Durante la guerra civil rusa los partisanos revolucionarios lo capturan y lo obligan a trabajar de médico para su bando.
Zhivago está al lado del telefonista cuando los enemigos los atacan. El telefonista cae herido mortalmente, Zhivago toma su fusil y empezó a disparar. Tenía que defenderse, pero dirigía el fuego hacia un árbol: “La piedad no le permitía apuntar a los jóvenes a quienes admiraba y por quienes sentía compasión”. Pero igual hirió a dos y mató a uno. ¿Por qué lo he matado? Se preguntaba Zhivago con remordimiento. Al terminar la refriega empiezan a revisar a los heridos y muertos. Los muertos de ambos bandos tienen escapularios con los mismos salmos. Zhivago se acercó a quien supuestamente  había matado de un tiro y comprobó que seguía con vida. Sintió un gran alivio en su conciencia. Pero corría peligro: lo rematarían igual. Entonces vistió al soldado enemigo con el uniforme del telegrafista caído. Lo curó y luego lo dejó en libertad. Zhivago no usó más el fusil.
-Me gustaría rechazar los honorarios, pero me veo obligado a aceptarlos porque la gente no cree en la eficacia de los consejos gratuitos.
4
ARTE
-El arte no me ha parecido nunca un objeto o un aspecto de la forma, sino más bien una parte misteriosa y escondida del contenido.
-Sentía en las manos el afán de encontrarse ante unas blancas cuartillas. Tenía deseos de escribir, de escribir palabras sobre el papel.
-La audacia es la raíz de la belleza.
5
POLÍTICA
-Nosotros los obreros participantes de la revolución del año cinco, no estamos acostumbrados a fiarnos de los militares.
-Komarovski es el hombre sin escrúpulos: está con el gobierno, pero también con la oposición. Los revolucionarios lo aceptan, lo consideran necesario. Es el propio hombre nuevo de toda revolución: hedonista no vacilará en pasarse de bando si las circunstancias políticas lo requieren.
-Un hombre debe ha de apretar los dientes y compartir la suerte de su país.
-En la vida de la gente rica hay algo morboso. Una infinidad de cosas inútiles. Demasiados muebles, demasiadas habitaciones en las casas, demasiada delicadeza de sentimientos, demasiadas maneras de expresarse.
-La revolución la hacen los hombres activos, fanáticos sectarios, genios de la autolimitación.
-En los primeros años de la revolución el doctor Zhivago vendió leña. Entro a la casa de un rico con su carga. El hombre leía y Zhivago se preguntó: ¿Qué estará leyendo ese imbécil? Metió el ojo y vio que el hombre leía …al doctor Zhivago. Sí, tenía sobre su mesa sus folletos.
-Zhivago no soportaba el misticismo político de los intelectuales soviéticos.
-Meter en la cárcel a un hombre para educarlo políticamente  es como meter un caballo en un picadero.
-Al morir Zhivago, su mujer renunció a las ceremonias religiosas para que el gobierno ateo le diera una pensión.
-Yo creo que la colectivización  ha sido una medida falsa, fracasada, y que el error no podía reconocerse. Para esconder el fracaso era necesario usar de todos los medios del terror para que la gente perdiera la costumbre de juzgar y pensar, para obligarla a ver lo que no existía y demostrarle lo contrario de lo que era evidente.
-La historia lo aclarará todo. La posteridad clavará en el poste del deshonor a los mandones de este imperio de comisarios y su innoble mentira.
- Los tiempos daban la razón al viejo adagio: el hombre es un lobo para el hombre…Las leyes de la civilización humana se vinieron abajo.  E vivía según la ley de la selva. El hombre tenía los sueños prehistóricos de la edad de piedra.
-Un hombre armado no es solamente un hombre. Antiguamente, los que eran como él pasaban de tiradores a bandidos…Este es su marxismo.
-¿El marxismo y la ciencia? El marxismo es demasiado poco dueño de sí mismo para ser una ciencia. Las ciencias tienen equilibrio. ¿El marxismo y la objetividad? No conozco corriente más replegada en sí misma  y más apartada de los hechos que el marxismo.
6
AMOR
-El sexo es el despertar de la electricidad animal.
-Todo el mal reside en el hecho de que yo te quiero y tú no me quieres.
7
POESÍA
-La obra termina con los poemas del doctor Zhivago. Cabe resaltar que Pasternak es reconocido como un importante poeta soviético:
-Oscurecía. Las manchas de color bronce y púrpura del crepúsculo se descoloraban  y apagaban súbitamente. La cenicienta transparencia  del aire penetraba rápidamente el tono violeta del crepúsculo, que velozmente se iba ensombreciendo. En el vapor gris se fundían las sutiles líneas de los abedules del camino, caligráficas, como una puntilla suavemente dibujada en el cielo color lila y rosado, que de pronto pareció haberse fundido con el de la tierra.
-Lejos, tras un confín impenetrable
en esta noche blanca en primavera
los ruiseñores con ruidosos himnos
resonar hacen el confín del bosque.

-Y la blanca neblina que nos trae el otoño
como una telaraña por la ventana trepa.
-Haced que de agonía se desborde
la copa de amargura del pasado.

-Ahora el alma ya está presa
de los sueños y el olvido.
-Vi en sueños a todos caminando por el bosque
acompañando mi cortejo fúnebre.

-El cielo limitábase imponente
con las calladas copas de ese bosque.
Y a los lejos el canto de los gallos
le daba a los espacios resonancia.

-En el bosque, y en pleno cementerio,
como oficial agrimensor, la muerte      
mi rostro ya sin vida contemplaba
para hacerme la fosa a la medida.

-Y todo se perdía en una niebla
de nieve cana y blanca.
Una vela quemábase en la mesa,
se quemaba una vela.

-La nieve cubre los caminos
y se acumula en los aleros.

-Un cementerio lleno de nieve, en la llanura,
a los lejos. Recintos y piedras sepulcrales.
Las varas de los carros hundidos en la nieve
 y sobre el camposanto, temblando , las estrellas.

-En el temblor de las velas encendidas, las cintas
de colores y todo el oropel florido.
…Violentamente sopla el viento de la estepa…
…Las manzanas pintadas y los globos dorados.

-Conmigo está la gente innominada,
 Árboles, niños, hogareños seres.
Derrotado yo estoy por todos ellos
y sólo en esto se halla mi victoria.                                 



sábado, 6 de julio de 2019

CON LAS BRIGADAS ESTUDIANTILES EN KAZAJSTÁN



CON LAS BRIGADAS ESTUIANTILES EN KAZAJSTÁN






Edgardo Malaspina
1
Son tres días en tren desde Moscú hasta Kazajstán, el país de las estepas, y el Valle de las Piedras, donde las dunas  cantan al soplo de los vientos y se encuentra  el cosmódromo Baikonur, rampa de lanzamiento del primer hombre al espacio.
2
El viaje se hace ligero, la lectura hace olvidar las distancias.  A veces conversas amenamente con los compañeros del vagón, juegas al ajedrez o te entretienes en la ventanilla observando los paisajes móviles: estaciones con gente apresurada, árboles grandes, rieles paralelos, trenes en sentido contrario que dejan un ruido sordo, pueblos con casas de madera, hombres trabajando en un huerto o arreando vacas.  Sueñas con el traqueteo del tren.  En la mañana tomas el té caliente, y eso cae muy bien en el estómago.
3
 Atravesamos los Montes Urales con su vegetación impresionante; la estepa, el desierto, arena y piedra para entristecerse y reflexionar.  Tal vez contemplando un paisaje similar de  inhóspito, el poeta ucraniano Tarás Shevchenko  escribió:

  -El desierto no tiene verdor alguno, sólo arena y piedras. Uno se siente tan triste, que dan ganas  de ahorcarse”. Bueno, no era para menos: estaba preso.

  Luego el espíritu se reconforta: aparecen pinares y ajenjos, bosques de bayas y setas.  Más tarde vemos las yurtas, las viviendas de los pastores, cónicas, de piel de oveja y cercas de madera.
4
Vivíamos en el koljoz “18 años de Kazajstán”, cerca de Shortandí, en una casa de paredes muy anchas.  De día el calor era agobiante, y de noche hacía mucho frío.  Estuvimos en Tselinograd y en Alma – Ata, la capital.  Almá – Ata es la ciudad de los manzanos, las calles rectas, los canales y las fuentes refrescantes.  Visitamos el Teatro Académico Kazajo de Ópera y Ballet “Abái”, contemplamos la montaña de Koktiubé.
5
 Las brigadas estudiantiles de trabajo voluntario permitían obtener un dinero extra, pero también era una actividad idealista: una parte de lo ganado era destinado a un fondo de solidaridad con los pueblos en lucha contra el imperialismo, el neocolonialismo, el fascismo y la reacción. Así nos lo transmitían. Así lo repetíamos con orgullo.  En cada oportunidad, en 1978 y ahora en 1979, aportamos tres días de  nuestro trabajo a esos fondos solidarios.
6
Nuestra labor se relacionaba con la construcción: hacíamos casas con paredes hasta de un metro de grosor y techos compuestos de varias capas de diferentes materiales, aserrín y cemento. Este tipo de viviendas tiene una ventaja: cuando hay nieve produce calor, y al contrario, durante la estación calurosa son frescas porque no  las penetra la luz solar.
7
Nos levantábamos temprano, y luego del desayuno nos dirigíamos a la construcción. Usábamos muchas piedras, las cuales cargábamos en parihuelas; y ese era precisamente uno de mis ocupaciones. En la tarde descansábamos. Los sábados eran también laborales; pero el domingo era de fiesta. Varias veces, al aire libre, hicimos la típica parrilla rusa o shaslik. La cerveza la traían en barriles y nadie se preocupaba en enfriarla. Era una cerveza fuerte y de un amarillo oscuro. A veces la fiesta era en un salón con música en vivo y mucho vino. Recuerdo un vino tinto ácido llamado Aldán que vendían en botellas pequeñas.
8
Observé que en el campo la gente solía andar en sus caballos y que la estepa es muy similar a nuestro llano. En un momento de nostalgia empecé a escribir unos cuartetos  dedicados a Páez.
Un día nos invitaron a una yurta.  Sentados sobre el dastarján – un mantel en el piso -, probamos el beshbarmak, un aderezo con carne de cordero, muy sabroso.  Mientras bebíamos el kumís, se dijo que para los kazajos la cultura era no olvidar a las generaciones pasadas y venideras, hasta la séptima.

  Alguien empezó a tocar la dombra, un instrumento musical del folklore de este país.  Las cuerdas, sonaron como lejanas.  Era una música extraña, (al menos para mí) pero agradable.
9
El presidente del koljoz, un señor entrado en años y que siempre llevaba un sombrero pequeño, solía venir a nuestro campamento. Decía que su empresa había cumplido con los planes del año con muchas ganancias y nos obsequiaba carne, leche y mantequilla, productos que normalmente no se veían en otros koljozes similares.
10
En agosto se celebraba el día del constructor. En esa fecha los dirigentes de la brigada eran derrocados simbólicamente y se decretaba una parranda general. Durante el golpe de estado se decían cosas muy duras, sólo permitidas para esa ocasión. Por ejemplo, los líderes del golpe criticaban a las autoridades estudiantiles. Estas acusaciones, para un buen entendedor, eran una crítica general a todo lo que estaba pasando en la Unión Soviética. La comida y el trago sobraban. Luego las autoridades entregaban reconocimientos a los obreros-estudiantes. Conservo con cariño uno de esos diplomas con una bandera roja, el rostro de Lénin , la hoz y el martillo y las palabras: “Honor y gloria  a los vanguardista de la competencia”.
11
El presidente del koljoz me entregó el diploma, me estrecho la mano y solemnemente me dijo:
- Camarada Edgardo. Usted está contribuyendo a la construcción del comunismo .Ha aportado su granito de arena para esa gran causa mundial