EN LA CÁTEDRA DE FISIOPATOLOGIA DE UDN

EN LA CÁTEDRA DE FISIOPATOLOGIA DE UDN
CON VIÍCTOR FROLOV, DECANO DE LA FACULTAD DE MEDICINA

sábado, 13 de abril de 2019

NOSTALGIA POR LA URSS


NOSTALGIA POR LA URSS
(Crónica de una visita a la Rusia capitalista)
Edgardo Malaspina
1
Caminamos hacia la Casa de la Amistad (antes Casa de la Amistad de la URSS con los pueblos del mundo), que una vez perteneció al rico comerciante Morozov , quien fue unos de los pocos burgueses identificados con los   bolcheviques, y cerca de allí veo en una vidriera una marca de cigarrillos, de las más baratas y baja calidad en tiempos del socialismo, llamada Prima. Pero es una cajetilla especial, con un nombre especial y un diseño especial: Prima Nostalgia, toda de color rojo con una imagen de Lenin en el centro…
2
  Las calles tienen otros nombres, los establecimientos también. Todo en correspondencia con los nuevos tiempos que se viven. Llegamos a Arbat, el boulevard más famoso de Moscú por sus artistas, pintores, poetas, escritores y ventas de libros y objetos de artes. También allí están los cafetines y los  comercios de suvenires. Compro un libro de Turguenev que quería leer desde hace tiempo: Notas de un cazador. Un poeta recita sus versos, un hombre habla de su nuevo libro, un pintor propone hacerte un retrato, un fotógrafo carga un maniquí de Putin para que aparezca en un cuadro junto al presidente.
3
En la época soviética fue creado un muñeco para comiquitas y dibujos animados, que era el  más querido de los niños: Cheburashka. Es una especie de animal parecido a un oso, pero no es un oso, tiene la cara redonda, los ojos grandes y las orejas enormes. Él es el prototipo de la inocencia para los pequeños, pero un adulto puede ser llamado Cheburashka de manera despectiva para significar que es un tonto o una persona sin importancia. ¿Por qué hablo de esto? Bueno, porque veo una venta de franelas y  gorras con el rostro del Che Guevara y la inscripción: Che-burashka.
4
 ¿Qué  queda del Poder Soviético? Queda la palabra revolución, empleada como sinónimo de oferta. Por ejemplo, en una tienda es común observar un cartel sugiriendo la compra de  tres artículos por el precio de dos. Antes de la propuesta se coloca la palabra REVOLUCIÓN. Queda Lenin para hacerle propaganda a un cigarrillo sin filtro de baja estofa y también para vender una franela con su rostro y un gesto característico del dedo medio; y queda el champán que todavía se llama Soviético, muy bueno, por cierto. Vaya, vaya, el viejo Marx tenía razón: nada es estático, todo es cambiante, todo es, pues, dialéctico, muy dialéctico. No debo asombrarme, la teoría se corresponde con la práctica.
5
 Vamos  hacia el Metro. Muchos jóvenes tienen cervezas en sus manos y beben sentados en los vagones. Esta conducta no era tolerada durante el socialismo.
6
Observo que se construyen muchas iglesias. Stalin destruyó mil templos. Los rusos tienen un sentimiento de culpa y  actúan como si quisieran saldar una deuda con la Historia, con las generaciones pasadas. Recuerdo al filósofo Juan Nuño cuando una vez afirmó que en Rusia  las convicciones religiosas eran más firmes debido a las persecuciones.
7
Converso con la gente y concluyo que los rusos ya no aceptan la tesis de que su historia comenzó en 1917 con el triunfo de los bolcheviques. Creen que le deben tanto al  zarismo como a la revolución.
8
Cruzamos cerca de Diestki Mir (El Mundo Infantil) , la tienda de juguetes más grande de Moscú. Desde allí se observa la redoma frente a la antigua KGB, pero sin la estatua de   Félix Dzerzhinski, el fundador de la policía secreta. Una vez sentí admiración por la dureza de ese hombre y me conmoví cuando leí  una de sus biografías titulada Félix significa feliz... Ahora es detestado por todos y lo manifiestan en programas de radio y tv.
9
Pasamos por donde una vez funcionó la primera universidad de Moscú fundada por Lomonosov. Los buhoneros venden un suvenir que es una maravilla de la ironía: un retrete con las siglas URSS (CCCP). La burla es obvia. Luego me enteré que la policía recogió estos suvenires por considerarlos ofensivos.
10
Zadornov, un humorista muy serio, dice que en el socialismo había más felicidad a pesar de las dificultades, y remata sus reflexiones: “Ahora todo es más fácil pero sin filosofía y la vida es menos espiritual…”

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