EN LA CÁTEDRA DE FISIOPATOLOGIA DE UDN

EN LA CÁTEDRA DE FISIOPATOLOGIA DE UDN
CON VIÍCTOR FROLOV, DECANO DE LA FACULTAD DE MEDICINA

viernes, 23 de junio de 2017

EVOCACIÓN DE LAS BRIGADAS ESTUDIANTILES DE TRABAJO







EVOCACIÓN DE LAS BRIGADAS ESTUDIANTILES DE TRABAJO
1
En las vacaciones de verano podíamos viajar con las brigadas estudiantiles de trabajo. Kazajstán y Siberia eran los destinos preferidos. Frolov, como secretario General del Partido Comunista de la Universidad, nos despedía con arengas: “El estudio se complementa con el trabajo”. “Sean solidarios. Manténganse dentro de la moral socialista”.
2
Las brigadas estudiantiles  de trabajo voluntario nos permitían obtener un dinero extra, pero también era una actividad idealista porque una parte de lo ganado era destinado a un fondo de solidaridad  con los pueblos que luchaban contra el imperialismo, el neocolonialismo y el fascismo. Así nos lo enseñaban y así lo repetíamos con orgullo.
3
En Kazajstán nos entregaron un pergamino con el rostro de Lenin, donde nos agradecen porque de alguna manera estábamos poniendo nuestro granito de arena en la construcción del comunismo.
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  Los  21 de agosto celebrábamos  el día del constructor. En esa fecha los dirigentes de la brigada eran derrocados simbólicamente y se decretaba una parranda general. Durante el golpe de estado se decían cosas muy duras, sólo permitidas para esa ocasión. Por ejemplo, los líderes del golpe criticaban a las autoridades estudiantiles. Estas acusaciones, para un buen entendedor, eran una crítica general a todo lo que pasaba en la Unión Soviética.
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En Siberia vivíamos en la taiga en un campamento con torres o miradores al estilo medieval. Participábamos en una obra considerada monumental en aquella época: la construcción del ferrocarril Baikal-Amur o vía férrea transiberiana.
6
El campamento lo inauguramos con una especie de obra teatral: debíamos entregar una ofrenda a las autoridades del pueblo para invocar las fuerzas del bien. Me correspondió entregar esa ofrenda que consistió en un lechón y cuyos chillidos me atormentaron mientras corría y lo sostenía entre mis brazos.



viernes, 16 de junio de 2017

EVOCACIÓN DE LAS DISCIPLINAS HUMANÍSTICAS

EVOCACIÓN DE LAS DISCIPLINAS HUMANÍSTICAS






1
Al mismo tiempo que estudiábamos las materias  de la carrera  recibíamos clases relacionadas con las ciencias humanísticas. Seguramente orientándose con las palabras del sabio español Letamendi de que “el médico que sólo sabe de Medicina, ni de Medicina sabe”; aunque es más preciso hablar de un interés particular de la dirigencia universitaria en que conociéramos sus puntos de vista con respecto a los temas políticos y sociales. Esta última versión nos la transmitía nuestro inolvidable guía español, don José.
2
La lengua rusa la cursamos todos los años. De mis profesores recuerdo a Elsa Alfredovna en la preparatoria. Nos animaba para seguir adelante con sus consejos y palabras de aliento. Anatoli Fiodorovich nos recomendaba asistir al teatro y nos conseguía las entradas. Caminaba despacio y a veces alzaba la cabeza con los ojos cerrados. Un día le pregunté sobre sus poses y me dijo: “trato de disfrutar cada minuto de mi vida. Pienso en la mejor manera de lograrlo. Recuerdo a Pushkin en este momento”.
3
Anatoli Fiodorovich solía citar las palabras de Lomonosov sobre el idioma ruso: “Carlos V, emperador de Alemania decía que para hablar con Dios es preferible usar el español; con los amigos, el francés; con los enemigos, el alemán; con las mujeres, el italiano. Pero si el emperador dominara el ruso, habría añadido  que este idioma sirve para hablar con todos los arriba mencionados, puesto que habría encontrado  en él la majestuosidad  del español, el dinamismo del francés, la fuerza del alemán, la ternura del italiano, y por encima de todo eso la riqueza y gran laconismo  expresivo del griego y del latín”. ¡Casi nada!
Los que estudiamos en Rusia estamos orgullosos de conocer la lengua de Lomonosov, Pushkin, Lermantov, Gogol, Dostoievski, Tolstoy y Chejov.
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Historia de la Sociedad Soviética la estudiamos en la preparatoria y el primer año. La filosofía se centraba en el Materialismo Dialéctico e Histórico. Estudiamos las obras de Marx, Engels y Lenin. El Manifiesto de Partido Comunista lo sabíamos de memoria. Yo me entusiasmé con los libros de Lenin, sobre todo con Materialismo y Empiriocriticismo, Cuadernos filosóficos y La Enfermedad Infantil del Izquierdismo. De Engels me gustaba Dialéctica de la naturaleza y El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. El libro más fácil para estudiar marxismo era el de Afanasiev por la manera de explicar temas complicados con palabras sencillas.
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Las otras materias eran la Economía del capitalismo y la del socialismo. En el descanso, mientras fumábamos en el pasillo, los mismos estudiantes rusos bromeaban: “El capitalismo  se hunde y  está podrido,   hiede pero …a Chanel Nro 5”. Y reíamos. Cerramos con Comunismo  o Socialismo científico con temas sobre el ateísmo científico.
6
A pesar de toda esta propaganda ateísta los rusos no eran ateos. En el entierro de nuestra muy estimada profesora de fisiopatología Tatiana Kaznskaia, ya en el cementerio de  Vaganskoe, se deliberó si debíamos entrar con el cuerpo a la capilla, llena de íconos y de velas. Me acerqué a Frolov y le pregunté  por qué entrar al recinto religioso si todos somos ateos. Inmediatamente me contestó : “Por si acaso”.

jueves, 8 de junio de 2017

EVOCACACIÓN DE LA HISTORIA DE LA MEDICINA

EVOCACIÓN DE LA HISTORIA DE LA MEDICINA


1
 Historia de la Medicina la cursamos en segundo año con Tatiana Segueevna Sorokina, la fundadora de la disciplina en 1974. Sorokina ,de la primera promoción de médicos de nuestra universidad. Era profesora de Fisiología y allí realizaba investigaciones sobre los potenciales eléctricos del sistema nervioso. Pero el rector Vladimir Stanis le sugirió enseñar “la historia de la medicina rusa y universal como una exigencia de una universidad internacional”.
2
Sorokina se vio en la necesidad de asistir a las clases magistrales en la Facultad de Historia “porque la Historia de la Medicina es una ciencia médica pero también histórica”.
Así mismo se preparó con el profesor Pável Zabludonski , quien en aquella época era el más importante especialista en Historia de la Medicina en la URSS. Zabludonski era médico políglota. Conocía el griego y el latín y leía a Virgilio  en su lengua original.
3
“La historia de la medicina es una disciplina independiente que sirve de eslabón para enlazar todas las materias estudiadas durante la carrera”. (T. S Sorokina )
4
Tatiana Sorokina empezó a publicar unos folletos sobre temas particulares de Historia de la Medicina con los cuales nos correspondió estudiar la materia. Luego preparó varios atlas; y, por último, escribió su obra monumental: el manual de Historia de la Medicina, el cual se ha convertido en libro oficial de todas las facultades de Medicina de Rusia con muchas ediciones. Así mismo elaboró los programas por los cuales se rige el curso de Historia de la Medicina en todo el país.
5
Muchos años después la visité  varias veces en el salón donde nos impartió clases. Fue muy receptiva y me habló de los pormenores para la elaboración de su manual. Hizo muchos viajes para recolectar material original. Llegó hasta Cos ,  la tierra de Hipócrates, para compenetrarse espiritualmente con el legado del Padre de la Medicina. Me obsequió, con una dedicatoria, su libro: “Estimado Edgardo Malaspina, egresado de nuestra entrañable universidad. Con mis mejores deseos.”










domingo, 4 de junio de 2017

EVOCACIÓN DE LA CIRUGÍA OPERATIVA Y LA ANATOMÍA TOPOGRÁFICA




EVOCACIÓN  DE LA CIRUGÍA OPERATIVA  Y LA ANATOMÍA TOPOGRÁFICA
1
La cátedra fue fundada por Igor Dmítrievich Kirpatovsky , un médico prestigioso, pionero de la Andrología , de los trasplantes de órganos sexuales y de la cirugía para cambio de sexo en Rusia.
2
Igor fue catalogado como un niño superdotado con gran curiosidad  por el mundo de la ciencia, y por eso fue inscrito en una escuela  para talentos, la cual culminó con medalla de oro.
3
Su capacidad para el trabajo como cirujano práctico y experimental fue catalogada de asombrosa. Cuando no estaba en la consulta, estaba en laboratorio, ubicado en el sótano de una vieja edificación de cuatro pisos. Allí funcionaba la cátedra y allí también recibíamos clases.
4
Kirpatovsky era estricto y exigente. “Para ser buen  cirujano hay que ser primero un virtuoso de la anatomía”, decía en las conferencias magistrales. Elionora Smirnova,  su colaboradora más cercana, nos impartía las clases prácticas con su carácter dulce y comprensivo. Kisiliov, alto y obeso con abdomen prominente explicaba un tema entre pausas, ritmo que le imponía su respiración disneica. Teníamos también a otro profesor, a quien por su juventud llamábamos simplemente “Valodia”. Fumaba frente al cadáver  y encendía un cigarrillo uno tras otro.
5
Kirpatovsky decía que había convertido muchos hombres  en mujeres y  viceversa. “Cuando estén en el Metro, tal vez la persona que tiene al frente sea uno de los que le cambié  el sexo”, afirmaba. Su libro “La patología de los órganos sexuales y su corrección” es imprescindible para los que se especializan en esta materia, así como sus manuales de cirugía con anatomía topográfica.
6
A Kirpatovsky se le reconoce como el primero en  trasplantar el hipotálamo, la hipófisis  y los testículos.
7
“La cirugía se estudia en la morgue,  en el laboratorio con animales y en el hospital cuando operas” (Kirpatovsky)
8
Una mañana caía la nieve copiosamente. Esperábamos  en la morgue a Valodía, nuestro joven profesor. Nunca vino a darnos la clase. Cayó fulminado con un infarto mientras fumaba en la estación del tren. Vivía en los suburbios de Moscú.
9
Igor Dmítrievich Kirpatovsky era rigurosamente disciplinado. Planificaba todo con mucha antelación y cuidando todos los detalles. Por eso no es absurdo suponer que planificó hasta su muerte: nació un 27 de junio (1927) y murió ese mismo día y en ese mismo mes (2014).
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La cátedra fue fundada por Igor Dmítrievich Kirpatovsky , un médico prestigioso, pionero de la Andrología , de los trasplantes de órganos sexuales y de la cirugía para cambio de sexo en Rusia.
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Igor fue catalogado como un niño superdotado con gran curiosidad  por el mundo de la ciencia, y por eso fue inscrito en una escuela  para talentos, la cual culminó con medalla de oro.
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Su capacidad para el trabajo como cirujano práctico y experimental fue catalogada de asombrosa. Cuando no estaba en la consulta, estaba en laboratorio, ubicado en el sótano de una vieja edificación de cuatro pisos. Allí funcionaba la cátedra y allí también recibíamos clases.
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Kirpatovsky era estricto y exigente. “Para ser buen  cirujano hay que ser primero un virtuoso de la anatomía”, decía en las conferencias magistrales. Elionora Smirnova,  su colaboradora más cercana, nos impartía las clases prácticas con su carácter dulce y comprensivo. Kisiliov, alto y obeso con abdomen prominente explicaba un tema entre pausas, ritmo que le imponía su respiración disneica. Teníamos también a otro profesor, a quien por su juventud llamábamos simplemente “Valodia”. Fumaba frente al cadáver  y encendía un cigarrillo uno tras otro.
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Kirpatovsky decía que había convertido muchos hombres  en mujeres y  viceversa. “Cuando estén en el Metro, tal vez la persona que tiene al frente sea uno de los que le cambié  el sexo”, afirmaba. Su libro “La patología de los órganos sexuales y su corrección” es imprescindible para los que se especializan en esta materia, así como sus manuales de cirugía con anatomía topográfica.
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A Kirpatovsky se le reconoce como el primero en  trasplantar el hipotálamo, la hipófisis  y los testículos.
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“La cirugía se estudia en la morgue,  en el laboratorio con animales y en el hospital cuando operas” (Kirpatovsky)
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Una mañana caía la nieve copiosamente. Esperábamos  en la morgue a Valodía, nuestro joven profesor. Nunca vino a darnos la clase. Cayó fulminado con un infarto mientras fumaba en la estación del tren. Vivía en los suburbios de Moscú.
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Igor Dmítrievich Kirpatovsky era rigurosamente disciplinado. Planificaba todo con mucha antelación y cuidando todos los detalles. Por eso no es absurdo suponer que planificó hasta su muerte: nació un 27 de junio (1927) y murió ese mismo día y en ese mismo mes (2014).